El Lazarillo de Tormes, prototipo de la novela picaresca que florecería en la literatura española de comienzos del siglo XVII, muestra una visión pesimista de la sociedad a través de los ojos de un pícaro.
Esta versión teatral es una adaptación de la novela escrita por autor anónimo, donde se narra la trayectoria vital de un ser de modesta extracción social y de su lucha por la supervivencia.
El protagonista, caracterizado por Jorge Ríos, es el antihéroe por excelencia, y mientras cuenta sus vicisitudes en primera persona, las recrea en compañía de algunos de sus amos: el mendigo ciego y ruin, el cura avaro y el escudero deseoso de aparentar, encarnados por Víctor Muela.
La obra está inspirada en materiales tradicionales, así como motivos pertenecientes a la literatura culta, para contarnos la historia de una vida en un relato que refleja la crisis económica frente a una profunda miseria moral.
La versión y la dirección están a cargo de Roberto Buschiazzo.